El matrimonio entre personas del mismo sexo está reconocido, actualmente,
en once países: España, Holanda, Bélgica, Noruega, Suecia, Dinamarca, Islandia,
Argentina, Canadá, Portugal y Sudáfrica. Pero no son los únicos puntos de
reconocimiento del matrimonio igualitario. Otros son seis Estados de EEUU, la
capital de México y el Estado brasileño de Alagoas.
En España, hace unos meses que el Tribunal Constitucional declaró que el
matrimonio homosexual es compatible con la Constitución española. 8 votos a
favor frente a 3 en contra, decidieron aprobar su cobertura jurídica al desestimar
el recurso que el Partido Popular interpuso en el 2005. Durante estos años de
espera de la sentencia, se han seguido celebrando matrimonios entre personas
del mismo sexo. España fue el tercer país de la Unión Europea en reconocer
legalmente esos matrimonios.
El fallo del Tribunal Constitucional se produjo en noviembre del año
pasado y ha estado seguido de numerosas noticias que nos hablan de algunos
países que debaten seguir los pasos de España y aprobar el matrimonio
igualitario.
El gobierno británico está trabajando para posicionarse a favor, aunque las piedras en el zapato siempre
existen. Es el caso de John Pugh, diputado del Partido Liberal Demócrata. Pugh
cree que el proyecto de ley de matrimonio igualitario “debilita el vínculo
existente entre matrimonio y familia”, y defiende el matrimonio exclusivo entre
un hombre y una mujer argumentando que “dichas uniones fueron concebidas para
fomentar el embarazo y asegurar una correcta crianza de los niños”.
Sí, “correcta” crianza. Eso son argumentos de peso y lo demás son
tonterías, ¿verdad?.
¿No sabe este señor que esa idea está más que desmontada? Pero bueno, el
pobre está preocupado por lo que llama “matrimonio tradicional” al considerar
que se debilitaría si las parejas homosexuales pudieran contraer matrimonio. No
se preocupe, señor Pugh, se trata de poner al mismo nivel a todas las parejas
independientemente de su sexo, sin intención de poner a ninguna por encima de
otra. ¿Conoce la palabra “igualdad”?
Y para Roger Gale, del Partido
Conservador del Reino Unido, las parejas del mismo sexo ya tienen “más que
suficiente” con las uniones civiles para las parejas homosexuales.
Oh, claro! Deberíamos dar las gracias a Gale... o mejor, recordarle que
él no es nadie para considerarlo suficiente o no. Es cuestión de leyes, no de apreciaciones
personales.
También hemos de reconocer que son diferentes las ideologías existentes
en la sociedad y, por tanto, diferentes también en las cámaras de
representación política. Aunque en el caso del Reino Unido acabó imponiéndose
el voto favorable en la aprobación en primera lectura en la Cámara de los
Comunes.
En Puerto Rico, gracias a Carmen Yullín en San Juan al manifestarse a
favor del impulso de derechos, se habla de esperanza, y más con un primer
legislador municipal abiertamente homosexual.
La diversidad sexual también está de enhorabuena en Francia. La Asamblea
Nacional ha reconocido, recientemente, el derecho de matrimonio a las parejas
del mismo sexo. Si todo va como se espera, este mismo año se aprobará la ley. Y
los franceses también tienen su piedra en
el zapato ya que Pavel Astakhov, Defensor de los Derechos de los Niños de
Rusia, ha dicho que las autoridades rusas no permitirán que las parejas
homosexuales de Francia puedan adoptar niños rusos en caso de aprobarse la ley,
al ser inconstitucional. Ya se sabe, matrimonio es igual a unión entre un
hombre y una mujer, “nada más”, como matiza el que dice defender los derechos
de los niños en Rusia.
¿Defensor de derechos este señor?
Como he dicho antes, sólo once países completos reconocen el matrimonio
igualitario. No sirven alternativas como “parejas de hecho” o “uniones civiles”.
Y no es una cuestión de religión, sino de igualdad jurídica. Los Países Bajos
fueron el primer Estado en reconocer legalmente el matrimonio entre personas
del mismo sexo, en 2001. Y el camino ha ido creciendo.
Matrimonio gay, matrimonio homosexual o matrimonio igualitario. Que el ordenamiento
jurídico de cada país vaya diciendo.