miércoles, 13 de febrero de 2013

El matrimonio igualitario, un tanto desordenado jurídicamente


El matrimonio entre personas del mismo sexo está reconocido, actualmente, en once países: España, Holanda, Bélgica, Noruega, Suecia, Dinamarca, Islandia, Argentina, Canadá, Portugal y Sudáfrica. Pero no son los únicos puntos de reconocimiento del matrimonio igualitario. Otros son seis Estados de EEUU, la capital de México y el Estado brasileño de Alagoas.
En España, hace unos meses que el Tribunal Constitucional declaró que el matrimonio homosexual es compatible con la Constitución española. 8 votos a favor frente a 3 en contra, decidieron aprobar su cobertura jurídica al desestimar el recurso que el Partido Popular interpuso en el 2005. Durante estos años de espera de la sentencia, se han seguido celebrando matrimonios entre personas del mismo sexo. España fue el tercer país de la Unión Europea en reconocer legalmente esos matrimonios.
El fallo del Tribunal Constitucional se produjo en noviembre del año pasado y ha estado seguido de numerosas noticias que nos hablan de algunos países que debaten seguir los pasos de España y aprobar el matrimonio igualitario.
El gobierno británico está trabajando para posicionarse a favor, aunque las piedras en el zapato siempre existen. Es el caso de John Pugh, diputado del Partido Liberal Demócrata. Pugh cree que el proyecto de ley de matrimonio igualitario “debilita el vínculo existente entre matrimonio y familia”, y defiende el matrimonio exclusivo entre un hombre y una mujer argumentando que “dichas uniones fueron concebidas para fomentar el embarazo y asegurar una correcta crianza de los niños”.
Sí, “correcta” crianza. Eso son argumentos de peso y lo demás son tonterías, ¿verdad?.
¿No sabe este señor que esa idea está más que desmontada? Pero bueno, el pobre está preocupado por lo que llama “matrimonio tradicional” al considerar que se debilitaría si las parejas homosexuales pudieran contraer matrimonio. No se preocupe, señor Pugh, se trata de poner al mismo nivel a todas las parejas independientemente de su sexo, sin intención de poner a ninguna por encima de otra. ¿Conoce la palabra “igualdad”?
 Y para Roger Gale, del Partido Conservador del Reino Unido, las parejas del mismo sexo ya tienen “más que suficiente” con las uniones civiles para las parejas homosexuales.
Oh, claro! Deberíamos dar las gracias a Gale... o mejor, recordarle que él no es nadie para considerarlo suficiente o no. Es cuestión de leyes, no de apreciaciones personales.
También hemos de reconocer que son diferentes las ideologías existentes en la sociedad y, por tanto, diferentes también en las cámaras de representación política. Aunque en el caso del Reino Unido acabó imponiéndose el voto favorable en la aprobación en primera lectura en la Cámara de los Comunes.
En Puerto Rico, gracias a Carmen Yullín en San Juan al manifestarse a favor del impulso de derechos, se habla de esperanza, y más con un primer legislador municipal abiertamente homosexual.
La diversidad sexual también está de enhorabuena en Francia. La Asamblea Nacional ha reconocido, recientemente, el derecho de matrimonio a las parejas del mismo sexo. Si todo va como se espera, este mismo año se aprobará la ley. Y los franceses también tienen su piedra en el zapato ya que Pavel Astakhov, Defensor de los Derechos de los Niños de Rusia, ha dicho que las autoridades rusas no permitirán que las parejas homosexuales de Francia puedan adoptar niños rusos en caso de aprobarse la ley, al ser inconstitucional. Ya se sabe, matrimonio es igual a unión entre un hombre y una mujer, “nada más”, como matiza el que dice defender los derechos de los niños en Rusia.
¿Defensor de derechos este señor?
Como he dicho antes, sólo once países completos reconocen el matrimonio igualitario. No sirven alternativas como “parejas de hecho” o “uniones civiles”. Y no es una cuestión de religión, sino de igualdad jurídica. Los Países Bajos fueron el primer Estado en reconocer legalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo, en 2001. Y el camino ha ido creciendo.
Matrimonio gay, matrimonio homosexual o matrimonio igualitario. Que el ordenamiento jurídico de cada país vaya diciendo.