domingo, 15 de septiembre de 2013

No se educa sobre la diversidad afectivo-sexual... y así nos va.

Un estudio en el que ha participado la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) da un suspenso al sistema educativo español por lo que a prevención de la homofobia se refiere.
"El 41,8% del alumnado de secundaria considera que el profesorado se muestra impasible ante la homofobia" y "la percepción de los profesionales de los Departamentos de Oriencitación es similar a la del alumnado", es decir, que el sistema educativo suspende claramente en la atención y la prevención del acoso por orientación sexual o identidad de género
Los centros educativos tienen a su alcalce herramientas y recursos para solucionar esta falta que lo único que hace es fomentar la homofobia y la discriminación
Y hablamos del ámbito educativo, ese que tanto influye en los ciudadanos/as del futuro, que votarán.
Ciudadanos/as que adoptarán una actitud social u otra, más abierta o más cerrada, más respetuosa o más intolerante, más responsable o más homófoba,  dependiendo de aquello que hayan conocido y trabajado previamente.
El acoso escolar no sólo crea indefensión, sino también sentimientos que influyen en la víctima para su posterior desarrollo emocional.
Influye la discriminación.
Influye la impotencia.
Influye la rabia,
Influye la indefensión.
Influye la humillación.
Influye la soledad.
Influye la desesperación
A pesar de tanto peligro para los jóvenes gays, lesbianas, transexuales o bisexuales, todavía sigue dejándose a la decisión voluntaria del centro escolar el que se siga algún tipo de programa educativo para erradicar la homofobia en las aulas. Programas que facilitan informes y material de trabajo, ofrecen charlas y talleres. 
Debería el Gobierno, sea estatal o autonómico, implantar esos programas de forma directa y sin opción de elección.
La situación social lo requiere: obligación de desarrollar Programas de Educación para formar sobre la diversidad afectivo-sexual, la diversidad en tipos de familia... 
Vamos, todo eso que niegan algunas corrientes políticas ultraconservadoras o la propia Iglesia. 
Sí, Iglesia con mayúsculas. Esa institución arcaica que tanto daño ha hecho y hace al desarrollo personal.
Y con lo que tienen que callar, los muy...! 
Pero respeto ante todo, puntos suspensivos que es más elegante.
Aunque elegancia la de la institución eclesiástica, con esos trajes, esas ornamentaciones, esos objetos de oro, esa hipocresía.
La Iglesia, a través de su compasión ante la persona LGTB, ha fomentado la llamada "homofobia más sutil" que ha sustituído a la "homofobia explícita". Esa homofobia creada a partir de la percepción de la homosexualidad como una característica patológica, digna de "compasión".
Que siga la Iglesia su camino hacia ninguna parte, pero el sistema educativo público debería encargarse de mostrar esa diversidad afectivo-sexual.
Suspenso para el sistema educativo por no promover el respeto para frenar el acoso escolar que sufren muchos/as jóvenes a causa de su orientación sexual.
Suspenso a los representantes políticos que tienen la capacidad de llevar a cada centro escolar esos programas educativos contra la homofobia.
Suspenso a los partidos políticos que cuestionan la igualdad de las personas independientemente de su orientación sexual.
Suspenso para la Iglesia que fomenta la homofobia con sus principios y valores.
Algunos de ellos, no todos, tienen tiempo para trabajar y conseguir el aprobado.
Pero la Iglesia, mejor que se calle, que no predique y que se centre en ayudar a tantos y tantos seres humanos que sufren en muchos rincones del mundo, por hambre, por enfermedad, por guerras, por falta de medicamentos, por no vivir en condiciones... 
Cada uno a lo suyo y construyendo un mundo justo.